En 2019 se cumplen 11 años de existencia del Banco de Leche Materna en el Hospital Nacional de Antigua Guatemala. Este fue el primero de su tipo a nivel centroamericano y el éxito de su modelo ha llevado a que se replique en otros hospitales del país.
El fundador y coordinador del Banco de Leche, el doctor Miguel Ángel Soto Galindo, nos cuenta más sobre la historia de un programa que ha ayudado grandemente a la salud de los recién nacidos guatemaltecos.
Los inicios
La idea de un Banco de Leche Materna surgió de una pasantía del doctor Soto en Brasil. En el país sudamericano este proyecto es ampliamente aceptado gracias a los beneficios que presenta para la atención en salud neonatal, por lo que cuentan con más de 200 bancos de leche en diferentes hospitales.
Es de esa pasantía el doctor Soto regresa con la idea de implementar algo similar en el Hospital Nacional de Antigua, donde ha laborado desde hace casi 30 años. Sin embargo, el camino no resultó inmediato. Fue un proceso de 9 años de gestiones, tanto con autoridades estatales como organizaciones sociales, que culminó en la apertura del Banco. “Es mi hijo no de 9 meses, sino de 9 años”, comenta el Dr. Soto.
Los beneficios
El Hospital de Antigua ha sido certificado 4 veces como “Hospital Amigo de la Lactancia”, más que ningún otro, y parte de eso ha sido gracias al éxito del Banco de Leche. Y no es para menos, los logros del programa hablan por sí solos.
Antes del inicio del programa, la morbimortalidad neonatal era de casi el 2 % de los casos que se atendían, una cifra que puede parecer baja al verla fríamente, pero que resulta alta en la realidad. Ahora, luego de 11 años de trabajo del Banco, ese porcentaje ha disminuido a 0.6 %, considerablemente más bajo.
El Dr. Soto también señala que se logró reducir a cero el número de muertes por enterocolitis necrotizante, una enfermedad intestinal grave que afecta especialmente a los bebés prematuros. Esta enfermedad es una inflamación del tejido del colon que daña y, en ocasiones, mata el tejido del área.
Estos logros han sido posibles gracias al arduo trabajo del programa materno infantil y, en especial, el Banco de Leche que han mantenido durante estos 11 años, con esfuerzos como la Calostroterapia para bebés prematuros, que ayuda a fortalecer el sistema inmunitario, mejorar su desarrollo, previene la desnutrición, acelerar la recuperación de peso y asegura condiciones nutricionales adecuadas para que tengan una mejor salud y calidad de vida.